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lunes, 20 de enero de 2014

Salvando el bolo, y de que manera !

Ya tocaba, después de varios meses era hora de volver por aguas extremeñas, no hay mejor manera de comenzar el año que pisando orilla durante varios días…
Como todos sabemos la provincia de Extremadura es una de los mejores zonas de nuestra península para la practica del carpfishing, grandes ciprínidos que poblan sus aguas son los culpables de que cientos de pescadores acudan desde todos los puntos de España e incluso de Europa a intentar sacar algún espécimen de buen tamaño… Yo por suerte tengo grandes embalses como Cíjara, Sierra Brava u Orellana a escasos kilómetros de casa, por lo que puedo permitirme el lujo de realizar varias sesiones a lo largo del año.
Previamente a cada sesión me gusta informarme sobre la zona que vamos a pescar, factores como la presión atmosférica, las temperaturas o el nivel del embalse elegido pueden ser los causantes de una gran sesión o de lo que es peor… un gran bolo.
Suelo salir poco en solitario, y menos cuando voy a estar cuatro o cinco noches esperando picada, un pequeño inconveniente se puede convertir en un gran problema sino dispones de la ayuda de algún compañero, por lo que en esta sesión de nuevo me tocó compartir orilla con dos grandes pescadores y mejores personas, Jorge y Jose.


Una vez llegado al lugar en cuestión, nos pusimos a observar la actividad del pesquil y la previsión meteorológica para los próximos días. Por lo visto íbamos a tener un tiempo bastante estable, las mínimas y las máximas temperaturas no iban a variar mucho mientras estuviésemos allí, y eso nos animaba bastante. Mientras mi compañero Jose iba preparando sus montajes, yo iba sondeando y marcando los puntos calientes.


Todo pintaba muy bien y a eso de las seis de la tarde ya teníamos todas nuestras posturas en el agua esperando la picada inicial de la sesión, pero la primera noche paso tranquila, sin sobresaltos. A la mañana siguiente sacamos las cañas y vimos que nuestros montajes se encontraban en perfecto estado, ni rastro de minitalla ni cangrejos incordiando nuestras posturas, por lo que durante toda la sesión pudimos pescar con comida natural y con boilies sin problema alguno.
En ésta época del año, el 90 % de los peces (tanto ciprínidos como depredadores) suelen moverse muy poco, el duro invierno y las bajas temperaturas del agua ralentizan su actividad e impiden al animal buscar comida como lo harían en otras estaciones del año como Primavera o Verano, por lo que debemos ofrecer al pez una postura que sea muy apetecible y le estimule para conseguir la tan esperada picada.
En meses tan fríos soy partidario de emplear la técnica “Hot Spot”, una postura muy fina con algún boilie triturado y un poco de stick mix del sabor elegido alrededor, puede ser demoledor.


Ya se nos empezaba a venir encima la segunda noche, por lo que era hora de empezar a sacar nuestras lineas para dejar todo preparado un poco antes del atardecer. Con todo listo solo tocaba esperar la arrancada de alguna de nuestras cañas, que no iba a llegar hasta la mañana siguiente.
A eso de las ocho con el sol despuntando en el horizonte, mi receptor me marcó una gran salida en una de mis cañas, en seguida salí del bivvy y me abalancé sobre la caña, teniendo clavado al animal, rápidamende empezó a sacarme linea del carrete, y cuando la iba ganando metros poco a poco de nuevo me volvía a sorprender con otra fuerte arrancada, sin duda alguna un buen carpón había mordido mi anzuelo.
Después de algunos minutos más de lucha, y de algún que otro cabeceo cerca de la sacadera, pude ensalabrar la captura, una royal preciosa y muy sana llegaba a mi moqueta. Nos dispusimos a curarle la herida ocasionada en la lucha y a pesar al pez, nada mas ver la captura vi que era un pez grande y de buen porte, ¡Pero lo que no sabía es que estaba ante mi nuevo récord de carpa royal !
    


Después de la sesión fotográfrica y de un video que ya subiré, procedimos a realizar la suelta del pez.




Visto lo visto la pesca se movía en torno a unos 8 o 10 metros de profundidad, y en los laterales del cauce del río, por lo que no dudamos en usar la misma estrategia en alguna que otra caña más, y terminó dando resultado. Llegando al final de la sesión, en la última mañana, cuando mi compañero empezaba a pensar que volvería con un gran cero para casa se arrancó con ganas una de sus cañas, una vez con el pez clavado y viendo la lucha y la resistencia que presentaba vimos que estábamos ante otro buen ejemplar, después de un buen rato de vaivenes, pudo ensalabrar su captura y llevar a la moqueta una preciosa carpa común con un peso más que aceptable que hacía despedirnos de la sesión con un buen sabor de boca.




Quizás fue casualidad, podemos llamarlo como queramos, pero la postura a la que entró el pez de Jose estaba entre unos 8 o 10 metros y en un lateral de la caja del río tal y como estaba la mía anteriormente.
No todo el mundo consigue obtener picadas en invierno, como podéis apreciar el pez apenas presenta signos de actividad, por lo que nos dábamos por satisfechos, dos peces de buen porte, un nuevo récord y unos días en buen compañía fueron los causantes de regresar a casa con ganas de volver pronto por allí… ¿Qué más se puede pedir?